viernes, 29 de febrero de 2008

Chansons et cabaret


Aquí encuentras un gran lujo y,
al mismo tiempo, la mayor inmundicia,
gritos, peleas y suciedad... más de la que
es posible imaginar.
En París desapareces de la vista... y
eso es conveniente, porque nadie está
interesado en la vida que llevas.
( Frédéric Chopin, h. 1831)






París, una ciudad despreocupada.
El pianista y compositor Frédéric Chopin llegó a esta conclusión en 1831, poco después de llegar a la ciudad del Sena como inmigrante polaco. "Te puedes divertir, te puedes reír, puedes disfrutar de todas las cosas. Y nadie te mira mal, porque aquí todos hacen lo que les place."
Medio siglo después, Montmartre era considerado el centro de la vida disoluta de París. Un quartier en la periferia urbana, hacía muy poco que se había convertido en parte de la ciudad. Allí donde, en tiempos, oraban monjas piadosas y viticultores decentes se ganaban dura y honradamente su dinero, ahora abundaban los mendigos, las prostitutas y los traficantes de drogas. Los seguían los cantantes, escritores y pintores sin dinero, todos desconocidos. Esta dudosa colonia de artistas iba a convertir Montmartre en un nombre conocido por todos aunque su fama fuera de naturaleza bastante dudosa... la mayoría del dinero ganado allí caía en los bolsillos de los chulos, los rateros y las busconas. La burguesía y los artistas de más éxito evitaban Montmartre.



El poeta Bruant consiguió ganarse la vida allí. Nació en 1851 y dejó un instituto - perdón, un lycée local a los 17 años debido a la ruina económica en la que se encontraba su familia.
Mientras trabajaba como orfebre y en le ferrocarril, llegó a conocer muy de cerca el mundo del hampa. Sus experiencias le proporcionaban el material para las muchas canciones que escribía y cantaba y que lo convirtieron en uno de los primeros "chansonniers" franceses.

Después de fundar su propio cabaré en Montmartre, donde recibió con indignación las burlas del público conoció a un joven pintor : Henri de Toulouse-Lautrec, quien a sus 22 años quedó fascinado por Montmartre.

En tanto que amigo de Bruant, se convirtió en el principal cronista de la vida nocturna de París. Pintaba bares y burdeles, en salones de baile y en cabarés además de dibujar la gaceta que Bruant había lanzado e ilustraba las canciones del poeta cuando se publicaban. El público llegó a conocer a Toulouse-Lautrec a través de sus carteles, el primero de los cuales vendió al Moulin Rouge. Unas críticas justificadas dieron pie a una fuerte resistencia al estilo de cartel del pintor.

Cuando Bruant preparaba su espectáculo para Les Ambrassadeurs, un café-cantante del centro de la ciudad, el director escénico quedó anonadado por el cartel dibujado para la ocasión. Lo consideró un dibujo barato y una "desagradable mancha" para su establecimiento. No obstante Bruant, que ya era un excéntrico celebrado, se negó en redondo a actuar en el café si no se exponía el cartel...

...un cartel que es ahora uno de los más famosos del mundo.


-- el cartel es "Les Ambassadeurs, Aristide Bruant", de Henri de Toulouse-Lautrec (Francés 2864-1901), espero que el ordenador me deje subir la foto...--
La verdad, dan ganas de marcharse a París un fin de semana.

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